La tendencia del no-make up está luchando por el primer puesto con la pasión por el color que se nos ha venido con el revival ochentero. Pero, como siempre, en el término medio está la virtud, así que mi consejo es: ni mucho ni poco, en lo que a maquillaje se refiere.

¿Y cómo se consigue eso?

Es sencillo: la clave es buscar una base de maquillaje que tape imperfecciones y que unifique el tono pero que, al mismo tiempo, no te haga parecer disfrazada tras una careta, que el resultado sea natural. Sigue estos pasos para acertar . 

Textura

Líquidas, mousse, en barra, en polvo… Existen distintos tipos de texturas y de  diferentes acabados, así que aquí importa encontrar la que más le convenga a tu rostro.

¿Quieres un resultado ligero y natural? Opta por las fórmulas más fluidas.

¿Tu piel es grasa y quieres olvidarte de los brillos? Elige formatos en polvo.

Lo primero que tienes que tener claro es qué textura de producto te conviene. Si hiciéramos una clasificación de menos cobertura a más, la primera base de maquillaje de la lista sería la BB cream, una hidratante con color, la opción ideal si tienes la suerte de una piel lisa y sin imperfecciones, este producto ofrece una sensación de cara lavada.

El siguiente lugar se lo daría al formato cushion,un estuche que lleva en su interior una base de maquillaje algo más concentrada que las BB cream, pero aún ligera, y que puedes modular en intensidad.

Una de sus ventajas es que permite retocarte de forma sencilla y no suelen quedar parches, porque la esponjita deposita de manera bastante uniforme el producto. Ideales para todo tipo de pieles, jóvenes o maduras. Lo mismo se puede decir de las bases de maquillaje fluidas.

Si tienes marcas, arrugas o manchas, opta por un poco más de cobertura. En ese caso, una base en crema, será ideal para tu maquillaje. 

Y si tienes granitos o poros abiertos, elige una base en acabado polvo no comedogénica para matizar los brillos y absorber el exceso de grasa. 

Finalmente, están los maquillajes compactos o en barra, que resultan más difíciles de aplicar y que, dada su densidad, hay que tener cuidado de que no se quede mayor cantidad en pliegues, líneas de expresión o imperfecciones. 

Tono

Elegida la textura, ha llegado la hora de la verdad: encontrar tu tono: elige, como mucho, medio tono superior al tuyo. compara el tono del maquillaje con el de tu piel, ¡pero no con el de la mano!

La piel de esta zona no se parece ni de broma a la del rostro, así que nunca acertarías. Si quieres acertar y, por lo tanto, que la base se funda con el color natural de tu rostro, será mejor que lo pruebes en la zona central de la cara, frente o barbilla –haz siempre una prueba de color con dos o tres tonos diferentes para ver cuál es el que se pierde en el color de tu piel–.

Espera unos minutos para ver cómo se asienta el color antes de elegir porque algunos maquillajes se oxidan y alteran su tono.

Si tu piel es rosada, mejor optar por bases que contengan pigmentos de la misma tonalidad y subtono para que no corras el riesgo de parecer naranjito si eliges una tonalidad demasiado dorada o beige; si es cetrina, beis o amarillos nada de tonos rosados para contrarrestarla y si tu piel es oscura, elige tonos dorados que iluminen la tez.

Por cierto, en verano, te expongas o no a los rayos del sol, la piel se oscurece, así que haz lo propio con el tono de tu base de maquillaje.

Bonus Extra

Pídele un extra a tu base de maquillaje para conseguir que sea 100% perfecta en función de las necesidades que tiene tu piel.

Elige una base hidratante para aportarle a tu piel esa dosis de nutrición que necesita, una iluminadora que te ayude a darle luz a tu rostro si lo notas apagado, una alisadora si lo que te preocupan son las líneas de expresión, una con acabado mate si lo que te molestan son los brillos para que te ayude a controlarlos.

NO al efecto máscara

Si obstruimos los poros con cosméticos muy densos estaremos impidiendo que transpiren y acumularán un extra de suciedad hasta obstruirse, así que lo más recomendable es huir del efecto máscara y apostar por texturas ligeras respetuosas con la piel.

Y no te olvides…

…que la protección solar es la mejor arma antiarrugas. Por eso, además de tu fotoprotector habitual, usa una base de maquillaje que también tenga SPF y activos que te protejan de la contaminación y de la luz azul.

Almudena Persa

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